Ha pasado mucho tiempo desde la
última vez que escribí en este medio y por lo tanto muchas cosas también. Lo
primero es explicar a los lectores que aunque el blog quedara interrumpido sin aviso,
el proyecto siempre siguió adelante y la obra se ejecutó en el tiempo previsto.
Supongo que la fase final de nuestra intervención fue tan intensa, que se
complicó el hecho de detenerme a contároslo. Tengo un muy grato recuerdo de
toda la actividad llevada a cabo en ese momento y me da pena dejarlo en el
tintero. Por lo que aquí os resumo, de alguna manera, qué pasó al final con el
Centro de Formación de Tanseigha.
En la anterior entrada nos habíamos
quedado con las soleras interiores y las exteriores de las terrazas. Se puede
decir que el resto forma parte de la fase final de la obra: los acabados, que
se suelen tardar bastante en rematar. En esta etapa se incluyen trabajos como
los siguientes: rejunteos y pintura de los muros, falsos techos y el cierre del
huecos de cubierta, colocación de puertas, construcción de pérgolas y bancos,
instalación eléctrica, barandillas, muebles, placas informativas, plantación de
árboles, limpieza de terreno,... y un muchos detalles más.
A continuación os pongo un par de fotos de algunos de esos trabajos para que os hagais a la idea del momento...
Para terminar las cubiertas se colocaron unas celosías en las zonas centrales de las mismas, que permitieran conservar la ventilación y a su vez evitaran la entrada de lluvia en días de viento y tormenta, cosa que se consiguió relativamente bien.
Se hizo una instalación eléctrica a base de energía solar para iluminar la zona de aulas y oficinas. Los paneles se colocaron sobre la cubierta aprovechando su orientación al sur e inclinación coincidente con los doce grados (respecto al plano horizontal) necesarios para una buena captación.
En la parte interior se colocaron unas esterillas de paja como falso techo, para amortiguar el calor que emite la chapa y disminuir el sonido de la lluvia de la misma. Además éstas aportan un aspecto más acogedor, fresco y atractivo que la chapa al desnudo. (tengamos en cuenta que en un clima caluroso la chapa no queda como un elemento frío, sino al contrario. La paja es un buen aíslante térmico, con el que tradicionalmente se construyen las cubiertas locales).
Un equipo de tres pintores realizó un trabajo ágil y sin complicaciones, pintando los muros interiores de los edificios y las carpinterías (puertas y ventanas). Éstas últimas se pusieron de verde por razones paisajísticas. En el interior los colores se diferenciaron por usos.: aulas azules, oficinas amarillas, letrinas verdes y grises, dormitorios de chicas beige y chicos verde pastel.
Cada uno de los módulos se equipó con muebles adaptados a su uso. Es decir, en las aulas
se pusieron pupitres, mesas y sillas para los profesores; en las oficinas
mesas de despacho, mesas de reunión,... etc.; en los dormitorios camas, colchones y armarios. (En las fotos se ve el interior del dormitorio de chicas, el de chicos es igual cambiando los colores).
En la terraza de las oficinas se implantó una pérgola metálica, sobre la que se tejió una malla de alambre, que sirve de base, sobre la que se extenderán las especies trepadoras plantadas
alrededor. De este modo se obtendrá un espacio de acogida protegido del sol
directo, ventilado y agradable.
Tanto en este espacio, como en el resto de
terrazas y en el porche principal de las aulas se han construido bancos que
fomenten la idea de estancia exterior apacible. El éxito de estas zonas se ha
comprobado en cada visita al centro, ya que se han utilizado constantemente
desde su existencia.
También se plantaron 200 árboles que a largo plazo supondrán la existencia de más
áreas sombrías exteriores. Las especies plantadas: mangos, acacias, lilas indias, una especie trepadora y tres
baobabs.
Por otro lado se colocaron letreros indicadores de la función de cada edificio y varios paneles informativos con los datos del centro de formación tanto en
el desvío de la carretera como en la entrada del propio lugar.
El edificio del almacén se remató con la fabricación y
colocación de una puerta de unos cuatro metros de ancho, que permite la entrada
de maquinaria o camiones para la descarga de grano. También se terminó el módulo de letrinas, con la pintura, la barandilla
y las puertas para los compartimentos de almacenaje de bidones.
Durante
este peridodo se impartió una formación sobre
gestión de letrinas ECOSAN a miembros de la contraparte, APS. Esta organización
local ha experimentado la construcción de muchas letrinas familiares tipo
"VIP", en otros proyectos de la zona central del país. Por ello, está
acostumbrada a impartir formaciones y sensibilizaciones sobre su uso y
mantenimiento. Esta vez quisieron probar con el modelo "ECOSAN",
con la que aún no habían experimentado y por tanto, se vio
necesario incluir en el proyecto una sesión donde formar a sus propios miembros
sobre su gestión y las características que la diferencian del resto de
tipologías de letrinas, ya que es algo más compleja que las de tipo VIP.
La actividad se realizó el día
20 de julio, cuando el módulo de letrinas del proyecto ya estaba construido.
Así se pudo visitar y explicar mejor a los participantes de lo que
se trataba, con el ejemplo de letrina in situ. Las explicaciones teóricas y
los ejercicios de cálculo práctico, se impartieron en las aulas recién
construidas del propio proyecto. Esto también sirvió para comprobar el buen
funcionamiento del edificio y ver la satisfactoria acogida que tuvo por parte de
los usuarios.
Desde Arquitectos Sin Fronteras, se valora de forma muy positiva esta
primera colaboración entre las dos asociaciones. La calidad
del resultado ha motivado a la contraparte a continuar con trabajos de mejora
del centro de formación, como la construcción de más letrinas
para los dormitorios de chicos. Además han reproducido la pérgola metálica de las oficinas en
los dos edificios de dormitorios, como se aprecia en las siguientes fotos.
La plantación de árboles, la colocación de letreros indicativos, la bandera, la antena y otros detalles también han sido trabajos
realizados una vez que el personal de ASF hubiéramos abandonado el país. Esto
muestra el interés de
la contraparte por que el proyecto salga adelante, apropiándose
así completamente del resultado e invirtiendo tiempo y energía en un proyecto
de formación, que aunque de momento esté en fase de inicio, promete ser pionero
en la zona.
Este proyecto, como todos los que realiza ASF, se ejecutan sin empresa constructora,
si es posible, contratando directamente al personal local para la obra,
apoyándose en la red de artesanos locales e intentando que la experiencia en sí
misma suponga una formación más en su oficio. De este modo se pretende implicar
lo máximo posible a todos los miembros del equipo.
Los equipos de trabajo que han participado en la construcción provienen de
la misma zona de intervención, ya que Ouagadougou queda a 15 kms. En total suman unas 76 personas. Por lo
general son jóvenes conocidos por la contraparte por haber colaborado en algún
pequeño trabajo anterior. Para estos trabajadores y artesanos colaborar en un
proyecto de estas dimensiones supone un pequeño desarrollo profesional y
económico. Para la expatriada de ASF también lo ha sido. Ha supuesto una
experiencia en la que no he dejado de aprender de toda la gente con la que ha
trabajo allí y de la que he vuelto muy enriquecida, siendo una misma la primera beneficiaria.
Por el momento ASF está
desarrollando otros proyectos en Burkina Faso, identificados durante la visita realizada en esta última fase del proyecto, por dos de los
miembros del grupo de trabajo de voluntarios y a su vez responsables de la sede catalana. La presencia en el futuro de personal expatriado
de ASF en otras colaboraciones también permitirá visitas de seguimiento a este
centro y al resto de los proyectos anteriores, como es práctica habitual de
nuestra asociación.